
¿Es posible manifestar o decretar por otros? y "Ley de Acuerdos"
¿Es posible manifestar o decretar por otros? y "Ley de Acuerdos"
Por Javiera Correa
Más importante que la pregunta misma es cuestionarnos por qué la formulamos en primer lugar.
En la Creación Consciente recordamos cómo construimos nuestra realidad momento a momento y nos hacemos conscientes de nuestra capacidad natural de ser creadores proactivos.
La pregunta "¿puedo manifestar por otros?" surge ya sea por nuestra intención benevolente de hacer la vida de otros más fácil, feliz y abundante, o bien, basada en la lógica de que si yo puedo manifestar para otros, otros pueden manifestar por mí. Y si alguien puede manifestar por mí (influir en mi vida de forma deliberada), ¿qué sucede si me quieren hacer daño? ¿O si lo que otra persona desea no es lo que yo quiero?
Son preguntas válidas que estoy muy contenta de poder explorar y clarificar en este artículo.
Si buscamos la respuesta directa a esta pregunta, en términos puristas la respuesta es no: nadie puede manifestar por otros sin el consentimiento (consciente o inconsciente) de la otra persona…
…así como nadie puede determinar la vida de otros. Sin embargo, sí podemos manifestar con otros y también amplificar las manifestaciones de otros.
En este artículo vamos a explorar más profundamente las implicaciones de esta pregunta más allá de esta simple negativa.
Hablemos sobre la idea de la "Ley de acuerdos"
La teoría detrás de la "ley de acuerdos" es que la realidad / Universo en el que nos movemos existe el acuerdo de que para que algo suceda en tu vida debes dar tu consentimiento consciente o inconsciente.
La Ley de Acuerdos establece: nada te puede suceder sin tu consentimiento.
Comprender esta "ley" y aplicarla en nuestras vidas nos permite navegar la existencia con mayor soltura y confianza.
Esta ley también nos protege de la idea de que alguien pueda manifestar por otros con intenciones que no son necesariamente de naturaleza benevolente. Nos devuelve el 100% de responsabilidad sobre nuestra propia existencia.
Reitero: nadie puede hacerte daño si no has dado tu consentimiento. En otras palabras, siempre tenemos que estar de acuerdo para que algo suceda en nuestras vidas. Exploremos esto más profundamente.
Con respecto a los acuerdos:
Existen los acuerdos conscientes e inconscientes
Nuestro consentimiento consciente es muy sencillo: es cuando decimos "sí, estoy de acuerdo", ya sea para nosotros mismos o al otro.
Establecemos un contrato verbal y atravesamos la experiencia.
Por otro lado, los acuerdos inconscientes son aquellos que concedemos sin darnos cuenta o hemos concedido tiempo atrás, pero no estamos conscientes de ellos.
Las principales formas de los acuerdos inconscientes son:
1. Sistemas de Creencias: Cuando decidimos creer en algo le estamos otorgando poder a esa creencia. Se trata de un acuerdo en que concedemos validez a lo que consideramos verdadero y por lo tanto le damos poder para que comience a operar sobre nuestra vida.
2. Miedo: Cuando estamos en miedo, además de disminuir nuestra vibración personal, estamos cediendo nuestro poder al otro, ya sea una situación, persona, una entidad, etc. Energéticamente estamos transmitiendo el mensaje: "me siento vulnerable, eres capaz de dañarme".
Recuerda: nada puede sucederte sin tu consentimiento.
Uno de los recursos que puedo compartir y que me ha funcionado en mi vida personal casi de forma extraordinaria, es que cuando estoy frente a una situación que se ve compleja me conecto rápidamente conmigo misma (siento mi centro) y declaro "no estoy de acuerdo con esto" (ya sea mental o verbalmente). He presenciado las transformaciones más insólitas ante mis ojos.
3. Acuerdos Olvidados: Una afirmación, una promesa que hicimos en nuestra infancia son también acuerdos. Relacionados con estos puedes investigar más sobre las "lealtades invisibles". Promesas como "prométeme que nunca me dejarás solo" o "no podría ser feliz sin ti". Incluso hay quienes hablan de la posibilidad de acuerdos de otras vidas que establecemos con otras almas antes de venir al mundo.
4. No tomar posición: Cuando no decimos sí, cuando no decimos no, estamos diciendo sí. Ser pasivos ante una situación a veces nos resulta beneficioso en que el curso de las circunstancias toma un rumbo positivo en nuestra vida, y a veces, la corriente nos lleva a situaciones que perfectamente podríamos haber evitado si hubiéramos adoptado un rol más proactivo en nuestra decisión desde el inicio.
Siempre es preferible ser conscientes de cuándo establecemos un acuerdo. Incluso cuando damos nuestra palabra a la ligera, estamos generando vínculos y contratos con otros y con nosotros mismos.
Es importante saber también que siempre eres libre de, en cualquier momento y sin necesitar el consentimiento de la otra persona, romper cualquier acuerdo que hayas hecho en el pasado que no te esté sirviendo en tu presente.
Reflexión final
Cuando comprendemos la "Ley de Acuerdos", entendemos que nunca somos víctimas, que siempre hemos tenido una cuota de responsabilidad.
Queremos comprender además que cada uno de nosotros vive a través de los filtros de sus sistemas de creencias y que, aún cuando tuviéramos las mejores intenciones para otra persona o situación, lo que pensamos que es lo mejor para otros muy probablemente no lo sea. Y viceversa, cuando otros formulan una opinión sobre nuestra vida.
Cada uno de nosotros es quien mejor sabe lo que es óptimo para nosotros.
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